Cuando una imagen vale más que mil palabras. Los Rage Against the Machine iniciando uno de los mejores conciertos que recuerdo...
Que no vuelvan a pasar tantos años....
"No se si ir de esmoquin o en pijama"
Si os impacto ver a Ivan en la playa, ahora aparece un nuevo Ivan con pelo semi-largo... y podiendo mirada acero azul.
A Ivan una vez le paso algo parecido... después de apuñalar a su madre creo...
Es largo pero esta wapo.
Ivan nunca dejará de sorprenderme. Vale, de acuerdo, eramos jóvenes e inexpertas y sabíamos que tarde o temprano algo así podría llegar a pasar...pero fue tan repentino. La historia de Barro I es una de las que te marcan de por vida, capaz de resistir al olvido y a la rutina y quedar inmortalizada en nuestras retinas de un modo permanente. Recordémosla pues...
Aconteció hará cuatro años, en aquellos botellones del circuito. La bebida corría a raudales, entoxicando nuestra hemoglobina, neutralizando cualquier atisbo de cordura. Ivan no podía ser menos. Borracho como siempre y, cabe decir, que como nunca. Llegado el momento, y tras evacuar restos del naufragio, Ignacio Armada, Jorge García e IVAN QUEREDA, decidímos mover los peones y emigrar al Barrio. Qué sabia decisión. Ya sabeís lo que pasa con el cirtuito, cuesta abajo, piedras, cacas de perro...un auténtico circuito de Formula Uno, y más cuando acaba de llover. Recuerdo que en aquel momento, mientras descendiamos la cuesta, pensé que parecíamos los protagonistas del Mago de Oz, yo era el hombre de hojalata, por aquello de no tener corazón, Nacho era el espantapajaros e Ivan, sin duda, era el León, tímido y responsable. En cuanto a Dorothy, que podemos decir, supongo que nos dirijiamos al Barrio precisamente a buscarla...
El caso es que recorriendo aquella senda de baldosines amarillos, una banda sonora comenzó a inundar nuestras cuerdas vocales, ya saben, después del chiki-chiki una de las clásicas: "el oso panda camina pa`lante el oso panda camina pa´tras...". Mientras cantábamos, la senda continuaba resistiéndose...y nosotros, ajenos al peso que cargaban nuestras rodillas, la descendiamos cada vez más rápido...
Pero, derrepente, y sin previo aviso, Ivan se separó del resto del grupo. El León había perdido su timidez, y ni que decir cabe, su responsabilidad y solitario decidió dirigirse hacia un destino incierto, y quien sabe, plagado de infortunios...
El final de la historia es conocido por muchos. El destino es cruel con aquel que decide hacerle frente e Ivan, como el más valiente de los espartanos, apostó fuerte. Su cuerpo impregnado de cantidades ingentes de barro fue el resultado final de su hazaña, un hito que, como veremos en posteriores entregas, sólo tardaría una semana en volver a repetirse...
Va por Barro White y toda la tropa...
!Os quiero!
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